CORAZÓN FORNICARIO

 Ezequiel 6:9

 Y los que de vosotros escaparen se acordarán de mí entre las naciones en las cuales serán cautivos; porque yo me quebranté a causa de su corazón fornicario que se apartó de mí, y a causa de sus ojos que fornicaron tras sus ídolos; y se avergonzarán de sí mismos, a causa de los males que hicieron en todas sus abominaciones.

Oseas, Ezequiel, Efesios y muchos libros más de la palabra de Dios, nos hablan de cómo Dios compara la relación que tiene con su pueblo, con su iglesia, como una relación matrimonial.

Dios, reclama la relación de amor que tiene con nosotros y pide exclusividad.

Él nos observa y se fija cuando nosotros no nos entregamos a él totalmente.

Jesús ha dado su vida por nosotros, su entrega fue total y pide que la relación sea auténtica, que sea una relación de sincera devoción y que nuestro corazón no se desvíe, detrás de nada, de nadie de ninguna otra cosa, que no sea una relación íntima y profunda con él.

Dios es este versículo de Ezequiel 6:9, expresó la profundidad del dolor que sentía por la idolatría de Israel, comparándose así mismo como un esposo con una esposa constantemente infiel.

Es así que el corazón fornicario, arrastra a una vida de pecado, este corazón peca en ir tras otros dioses, como personas, hijos, hijas, cónyuges, trabajos, placer, éxito, dinero.

Dios pide nuestro corazón solo para él.

Un corazón fornicario e infiel es detestable e hiriente para Dios, el ir tras ídolos vacíos, inmundos, repugnantes, lo lastima.

El deseo placentero, vanidad y egoísmo es a lo que nos arrastra el enemigo, cuando hay un corazón fornicario.

Esos placeres momentáneos que ofrece, es para salir en pos de esos dioses que nos apartan del verdadero y único Dios.

Eso se llama fornicación espiritual, es la que solo nos arrastra al pecado tanto de fornicación como idolatría.

Esto sucede, por los vacíos que aún no llenamos, los huecos espirituales que nos impiden tener al único y verdadero Dios que se dio asi mismo una sola vez y para siempre.