¿Cuál ha sido mi mejor adoración?

Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Juan 4:23-24.

Tenía muchos deseos de asistir nuevamente a un evento

de mi congregación, el cual es cada 15 días en un horario matutino y esta, es la segunda vez que asisto. Tenía muchas ganas de ir, porque mi corazón estaba lleno de gozo, y no solo sentí la necesidad de ir, más bien deseaba estar ahí.

Esto, no es un tiempo de oración, es un tiempo de adoración; normalmente buscamos al Señor para pedirle, pero pocas veces lo adoramos.

Y es que, verdaderamente necesitamos más adoración, porque ahí es donde todo se transforma, en un momento de la adoración, tomamos el lugar que nos corresponde, porque fuimos creadas para adorar.

Durante este tiempo de adoración, una palabra hizo que todo mi ser adorara y le hiciera esta pregunta a mi amado esposo celestial.

Le pregunté a él ¿Cuál ha sido mi mejor adoración?

En ese momento, una alabanza dijo: digno, y me llevo un momento donde estaba en mis primeras semanas de que mi hogar había sido abierto para hacer grupo en casa y en ese momento el Espíritu Santo me recordó esa misma alabanza en mi hogar, en un momento lleno de espera y, sobre todo, totalmente creyendo en él.

Fue absolutamente sublime, de ahí, le pedí más y me mostraba uno y otro evento donde yo le decía ¿cuál es mi mayor adoración? me acuerdo siempre a ti, sigue mostrándome algo más, donde hubo ayunos, pero el más hermoso fue, que me llevó al instante de cuando tenía 10 años y caminaba sola hacia la iglesia, iba muy llena de gozo porque era domingo, solo quería cantar, pero era día de comulgar ¡era día de adorar!

Este lado tan emotivo de adoración y lleno de espiritualidad le doy gracias a Dios por permitirme sentir y vivir su respuesta, de cuál ha sido mi mejor adoración para él. Hoy sé que no ha sido una, que han sido muchas, pero ha sido bueno en dejarme adorarle y bendecirlo, y nacer de esos momentos de adoración a cosa más deliciosa y sublime qué hay para nuestra alma.

Así que te invito a adorar al Señor, adorar no es pedir, adorar es exaltarlo, adorarlo no es cantar, es darle el lugar que le corresponde para tomar lo tuyo, adorar es postrar tu corazón a sus pies, y hablar de su grandeza y majestad.

Así que adórale, ponlo en el lugar que le corresponde, dale el lugar que le pertenece al Señor en tu vida y deja que tu adoración cada día sea mejor.

Francia Ramírez.

C3D MINISTERIO.